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MANIFIESTO DEL 8M EN ARCENILLAS

Este día y este momento son una oportunidad para generar conversación, crear opinión y motivar compromiso. Un altavoz para recordar el potencial de las mujeres que viven en el medio rural. Una forma de tomar concienciar de que desde aquí, desde el pueblo, las dificultades son mayores. Y hoy nosotras vamos a poner la memoria, el cuerpo y la voz a las historias de vida de estas mujeres, que reflejan nuestra realidad.

El 8 de marzo es importante para todas, pero para Laura lo es aún más porque fue el día en que empezó a trabajar, y ya no se le olvida la fecha. Tenía tiempo, sí, sus hijos ya estaban en el colegio, pero sobre todo tenía necesidad. Años estuvo cuidando a un mujer mayor que preguntaba ¿qué hay?, para que Laura le contara cómo estaban las calles, sus gentes y los quehaceres del vecindario.

Y estos ratos, que fueron tan importantes para ellas ¡lo son para todas! Dice Dominga que nos juntamos poco, que tendríamos que juntarnos más, porque existimos todo el año y seguimos jodidas. Y es que la situación y las problemáticas que estamos viviendo en nuestros territorios nos hacen buscar de forma urgente la fuerza y la palabra entre nosotras: para crear vínculos, sacar las sillas a la calle, no callar nunca más, no volver a sentirnos solas y recordarnos todos los días del año. Las mujeres siempre nos hemos juntado, a hablar, a coser, a comprar el pan… siempre hemos buscado huecos para estar juntas, hemos convivido mucho y queremos que siga ocurriendo. Menos mal que nos arropamos, porque ponemos todo nuestro tiempo ¡y el alma entera! para los cuidados, la casa, las criaturas… y nada para nosotras mismas. Tiene que cambiar el “me ayuda”, para convertirse en tareas comunes, no individuales, no de nosotras. Estas mujeres de aquí, del pueblo, de lo rural, en este sistema que se centra en lo urbano, hemos sido doblemente marginadas, doblemente olvidadas: por ser mujeres y por ser rurales. Siempre en la sombra, pero llevando el peso. Dueñas de nada, pero encargadas de todo.

En casa de Manolita, su padre no le hacía ni unas sopas de ajo a su madre cuando estaba mala, como siempre se lo habían hecho todo… Las cosas han cambiado mucho, menos mal, pero todavía tienen que cambiar mucho más. Y fíjate si han cambiado, que contaba Ana que no la daban de alta en la Seguridad Social, o que cuando se casaban se acaba su vida laboral, quisieran o no. Al empezar a trabajar Conchita con su marido compartiendo una explotación, por no poder permitirse en casa pagar dos cuotas de autónomos, que entonces se decía “pagar el cupón”, fue ella la que se quedó sin dar de alta, sin cotizar y sin estar nombrada.

Para seguir avanzando, para una reconstrucción colectiva de la sociedad, el trabajo tiene que ser en equipo y el equipo aquí es toda la población en total igualdad, quienes estamos hoy escuchando, quienes cada día intentamos que este lugar donde vivimos sea más amable. Que se reconozca el esfuerzo y la valía de las mujeres del rural. Queremos trabajar juntas por otro porvenir, aprender a volver a conmovernos. Dice Margarita que la vida en el pueblo es más difícil y en especial para las mujeres: nos quitan servicios, dependemos de otras personas, nos quitan autobuses para ir a Zamora… ¡qué difícil! Y aún siendo así, preferimos crecer y compartir desde la alegría. Así que sí, por ser mujeres rurales la mochila que se lleva es extra. Y necesitamos que se nos reconozca y se nos escuche más y mejor.

Dicen que el 8 de marzo es de todas. Pero lo que sale en los medios y en las redes no suele ser así. En general no se va más allá de las ciudades, de nombrar y celebrar a mujeres de los círculos más sonados, más llamativos y más conocidos. ¿Y dónde quedamos las mujeres rurales? ¿Cómo sacar de la sombra lo que no se conoce? ¿Cómo valorar unas manos que trabajan pero que, a vista de muchos, siguen siendo invisibles? Con la cantidad de ellas que somos, ¿cómo no tenemos más hueco? Porque los pueblos sin nosotras no son nada, se quedan vacíos, les damos la vida.

En la lucha de las mujeres cabemos todas. Por un 8M de mujeres rurales y visibles.